sábado, 5 de noviembre de 2011

Lejanía

fui incinerada
el baúl quedó abierto
-mientras los huesos crujían-

él, al llegar
inhaló fuertemente
y sopló, justo sobre
lo que de mí
quedaba
de modo que
mis huellas
tampoco existen
mi memoria
todo lo que soy
se perdió
muy lejos
en las olas
de los cuatro años
en aquel mar
de arena dorada
donde incrustaba los dedos
en busca de caracoles
para colmar el balde

Aquellos días
la vida transcurría
entre nubes y ventanas
y yo
convertida en gaviota
me deslizaba con el viento
en una danza abismal

en esos días
el agua
dejaba un dulzor en la boca
esos efímeros días
entendí
que la belleza de atravesar
árboles
la belleza de hacer llover
reside
en el espejismo
némesis perfecta del olvido

Es Así como he sido olvidada, yo
aunque entre y salga del metro
de esta u otra ciudad
ya no existo
pues lo único que guardaba sentido
quedó atrás
deshaciéndome
con el viento

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