lunes, 28 de noviembre de 2011

Presentación de un libro sobre Mujeres Inmigrantes

Sonríe, la psicología se hace cada vez más divertida, ya no sólo condicionamos ratas, ahora neocolonizamos esclavas sudakas comprándoles sus relatos a precios de gallina flaca. Entérate de nuestros últimos hallazgos en el área de inmigración femenina:

-Huyen de Latinoamérica por venganza a sus familiares, el egocentrismo juega un papel decisivo aquí.

-Se culpabilizan por abandonar a los hijos y comprarlos con el dinero que les envían.

-Se culpabilizan por traer a los hijos a cuarticos de 3x2 donde los tendrán que dejar solos mientras ellas limpian la mierda de los culos caucásicos de origen arábigo.

-Los medios de comunicación, la academia, los programas políticos y sociales también las culpabilizan y hacen de sus vidas una apología a la miseria y la victimización.

-Suelen consolarse pensando en las fuerzas divinas que les compensarán haberse tragado el olor a mierda y aceite de oliva, con la llegada de alguien que haga lo mismo con sus madres y padres.

-Suelen ser discriminadas por sus empleadoras - mujeres burguesas-, este aspecto, nunca lo imaginamos. ¨Pensábamos que en nuestra sociedad eso estaba superado¨.

-Carecen de herramientas para encarar la discriminación, sin embargo, nosotras como buenas madres cuidadoras ¨académicas¨ les estamos enseñando.

-A pesar de la precarización, han logrado cierta autonomía después de haber obtenido sus papeles... La legalidad por delante, abriendo caminos.


En medio de estas especulaciones y generalizaciones, nadie se pregunta, y mucho menos, les pregunta a ellas ¿desde dónde desean enunciarse?
Asumen que trabajar con Investigación Acción Participativa, es suficiente para ¨salvarlas¨, las ciencias sociales encarnan a la iglesia contemporánea.

martes, 22 de noviembre de 2011

¡Oh, Clítoris Nuestro!

Deseo

Ganas

Ganas

Deseo

Deseo

Ganas

Ganas

Deseo

¡Oh, Clítoris Nuestro! 


que estás 
en el Centro

ensalivado seas de goce

mueve en nosotras tus nervios

hágase tú voluntad

aquí en las piernas

como en el cuello
danos hoy 
el placer nuestro de cada día

Perdona las ligerezas

Así como nosotras 
perdonamos las tentaciones
nos dejes caer en secesión

y líbranos de callar
¡
Amén!

domingo, 6 de noviembre de 2011

La arena, un horizonte. 

El verano pasado, después de cierta distancia, mi familia materna decidió organizar un viaje, en él participamos la abuela, sus cinco hijas, los seis nietos y sólo uno de los yernos; la idea era tener un reencuentro de mujeres en la playa.
Y así fue, mientras nos reconciliábamos con ella, la arena nos regaló el nacimiento de las tortugas. Un misterio inédito para cada una de nosotras, un regalo de esos que ayuda a comprender lo que sostiene la vida.
En nuestro primer paseo por la orilla del mar nos dimos cuenta del embarazo de la arena, la arena estaba preñada de los huevitos escondidos por una tortuga. Esto lo supimos porque alguien se había encargado de construir una especie de chiringuito desnudo, dispuesto - como todos los chiringuitos - de manera rectangular, pero carente de paredes, vacío en su interior, sus extremos se encontraban adornados con banderines rojos que prohibían la proximidad a los vacacionistas.
Al pasar por allí, supimos que en algún momento la tierra se abriría para dar paso a un montón de criaturitas, sin embargo, fuimos escépticas, pensamos que seguramente no estaríamos allí para cuando eso ocurriera, pero, teníamos tantas ganas de verlas, eran unas ganas de esas ganas que se resignan al instante.  
El penúltimo día del viaje, habíamos planeado cambiar de playa, pasar la tarde en un lugar más divertido para los niños, sin embargo, no hubo tiempo, así que terminamos yendo a la playa de todos los días, la playa de los banderines y la espera. Fue ese día cuando sucedió, al pasar por un costado del chiringuito, vimos una cabecita negruzca sobresaliendo de la preñada arena. Era como si un volcán planease bullir en cualquier momento y sus rocas fuesen pequeñas cuadrúpedas sedientas de mar.
La cabeza asomada esperaba por el cuerpo, esperaba el resquebrajamiento de otros cascarones, ella podía salir en tanto las demás también lo hicieran. De modo que, pasados cincuenta minutos, cada vez más cabecitas negruzcas relucían en la superficie, impulsadas por sus cuerpos, se expandían a lo largo y ancho del terreno hasta que la primera tortuga se encontró fuera de cuerpo entero e inició el camino de vuelta; los niños de la playa decían, se va al mar, quiere buscar a su mami, tiene hambre, la tortuga tiene hambre. Fue difícil acercarse a la orilla, a mitad de camino, la arena - en un mal paso - derribó su cuerpo, la tortuguita quedó patas arriba, aleteando toscamente, mientras tanto, nadie se movía, sus hermanitas esperaban por ella, al ver que no podía dar la vuelta, la rescatista formó con sus manos una especie de oleada arenosa, la cual aproximó al caparazón boca arriba hasta que recuperó su posición. Cuando la primogénita estuvo casi en el agua, las demás comenzaron a seguirla, la rescatista decía: siempre despiertan así, la primera marca el recorrido y, una vez está segura del mismo, las demás ¨intuitivamente¨la siguen.
Setenta y dos tortuguitas nacieron ese día, mientras observábamos el ritual de entrega al mar, Marialexandra - mi prima menor - gritaba a la última tortuguita, ven, ven tortuuuuugaaaaa, vennnn! y la tortuguita llegó hasta sus pies, se desvió del camino, llegó, la rozo, mi tía, formó junto a su hija una olita de arena para hacerla volver, la niña fue feliz al saber que era capaz de ser una tortuga, ese día ella fue una más de la camada, todas lo fuimos, aunque quizás sólo Marialexandra lo supiera. 

Desde ese instante, deseo pasar el resto de mis días viendo a las tortugas buscar el mar. 

sábado, 5 de noviembre de 2011

No me empujes, vieja

Yo no tengo la culpa de Franco
y tu mutismo
tú tampoco la tienes de Cristóbal
y el saqueo de mi oro y mis perlas
a veces
yo también quisiera vengarme

Créeme
te lo juro, vieja
créeme que yo no tengo nietas
que vayan al conservatorio
coman queso azul
créme brulée
ni paellas domingueras
tampoco tengo hijas o hermanas en paro
sólo las tengo que comen
caraota y arroz a la cubana
vengo de donde se habla
y yo pudiera querer matarte
por todo lo que tú y los tuyos me han arrancado
e intentan seguir arrancándome
Pasado
Dignidad
Sentido
Mira, vieja
empujarme no te engrandece
ni me convierte en la mujer invisible
tampoco te hacer llegar primero
empujarme
demuestra tu salvajismo ¨primermundista¨
disfrazado de vino blanco y caviar
(de línea blanca – por la crisis-)
demuestra tu brutalidad
tu ¨PECADO¨
te deja en evidencia

Imagínate
que nosotras, las indias
siempre en el agua
amontonadas
hablamos con los ojos, con las manos
escuchamos.

Escucha, mi vieja
¨incivilizada¨
(en tus códigos)
admirar a la nieta ejecutando un clarinete
no te hace una burguesa culta
no te eleva a la aristocracia.

Las maracas
mis maracas, suenan
y yo sería incapaz de lanzarlas contra tu cabeza
(casi calva)
para hacerte escuchar
sería incapaz de introducirlas en tu boca
y asfixiarte con ellas
porque
he asumido la vida
con un espacio para ti
aunque me incomodes
y padezca de prurito al verte

Escucha, vieja
con tu marido
ciego
a quien amas como esclava
con ¨tus¨ perlas
tu abrigo de visón
ASESINA!
Y tu perrito de telenovela
no vuelvas a empujarme
porque, si lo haces
te gritaré en la pata de la oreja
para que huelas el aliento de mis entrañas
en el vaho del ruido

Será un grito que lo detenga todo
no habrá más oboes
saxos
ni violonchelos
los cristales de la sala se quebrarán
cada traje negro – fúnebre – arderá
lo encenderé todo
no habrá camión de basura
ni taladros restaurando la acera de enfrente
el Allegro Nº3
se convertirá
en Infierno Nº1
Nacido de mí
de mi grito
que nunca más dejará de sonar
para ver si así
apaciguas tus manos
y lo piensas
antes de volver
a empujarme, vieja.

origen de un ensayo

él me dijo, quédate conmigo
ámame
sufre
se mi Ferrari rojo aparcado en Barcelona
yo intentaré sacarte a pasear
al menos
una vez al mes –por eso de la distancia-
así en 20 años
no escribirás un breve artículo
sobre indicadores de perrunidad en xy
sino un tratado completo de tolerancia

mi primo de 6 años
un día de playa
al verme escribiendo, me dijo:
¿qué escribes? ¿algo sobre mí?
¿te gustaría que escribiera algo sobre ti?, pregunté
respondió con una sonrisa en su rostro, un sí rotundo
no importa la edad
TODOS
reclaman nuestra indulgencia
lo comprendí cuando le pregunté a Lucy
mi prima de 9 años
¿qué hacían las niñas en el campamento?
jugar y hablar de los niños nuevos, los del otro colegio
¿y ellos qué hacían?
ellos jugaban futbol, casi nunca nos hablaban, el más lindo del grupo fue a la fiesta con la niña problemática, había que ir en pareja, yo fui con mis amigas, la pareja estrella terminó llorando, el niño bello no nos habló, al menos una de las nuestras lo hizo llorar. Me gustaría verlo de nuevo.

Europa

Aquí el viento no corre

el tiempo es mercurio, denso

el pan, piedras muertas

y tu voz, se queda dormida



Aquí no hay ni polvo

la tierra se estancó en forma de barca

pesada

los tacones se elevan sobre titanio

el color plata tiñó puertas y ventanas


Aquí se grita con las manos

las luces se encienden por campanas

los sensores del "alma" poblaron las esquinas

las ganas son de colores

acompañadas de tristes voces



Aquí los asientos libres tienen púas para los negros

la risa se extinguió 

hay demasiados ojos caídos y labios muertos

El llorón

Tú, allá
con el Cotopaxi
la lloradera por la merideña
y los reproches de distancia

Yo, aquí
con mi trío
la puñalada trapera
y los pajaritos en el aire

Quédate allá
silencioso
sin decirme qué lindos deditos
México
Ay México
de lo que te pierdes – al perderme -
no te dejaré nada
por pagarme con imperativos infinitos